Rodolfo Silvera conoce desde chico uno de los costados de la prostitución. Le tocó crecer al lado de "Five Stars", en el barrio Joaquín V. González de La Rioja, y a dos casas de "Candilejas", uno de los prostíbulos de Irma "Liliana" Medina.
Hace cinco años le compró una casa a "La Gran Madama" riojana. Le pagó $ 8.000 como anticipo y todos los meses, hasta el año pasado, abonó $ 300. En el fondo de ese terreno, que está detrás de lo que solía ser "Candy", la Policía tucumana buscó ayer los restos de María de los Ángeles Verón, luego de que una mujer contara que escuchó que en el pozo ciego del predio tiraban los fetos de las prostitutas obligadas a abortar, y posiblemente algún cuerpo.
El procedimiento fue encabezado por el jefe de la división Trata de Personas de Tucumán, Julio Fernández. Desde las 12.30 hasta las 17.45 excavaron en el fondo del terreno, con resultado negativo. No había rastros de que algún cuerpo haya sido arrojado en ese sitio.
Nueva Rioja
En la tercera rotonda de la ruta 38, a la izquierda ingresando desde el norte, se divisa lo que fue "Candy". El otrora burdel de Liliana Medina tiene un pasacalle en el frente que anuncia una ferretería. Pero sus puertas están cerradas y las luces apagadas denotan abandono. Según algunas mujeres testigos, allí tuvieron cautiva a Marita.
Atrás de "Candy", en el barrio Nueva Rioja, está la casa en la que hoy vive Silvera. Hacia el sur, un predio de casi una hectárea cubierto de yuyales pertenece a José "Chenga" Gómez, a Gonzalo Gómez y a sus hermanos. En realidad, los vecinos cuentan que era propiedad de "Liliana" Medina, quien murió en la cárcel en febrero de este año.
"Ella manejaba todo acá, tenían mucho poder. Yo prefería no meterme y apenas los saludaba", contó Hugo Cervantes, un tucumano que hace 20 años se instaló en La Rioja frente a la casa en la que se realizaron las excavaciones. El vecino recordó que en la vivienda en la que vive Silvera, y en otras de la zona, residían las chicas que trabajaban para Medina y sus hijos. "Ahí vivía un hombre que trabajaba con ellos y que cuidaba a las chicas. Yo me acuerdo de una chica brasilera", afirmó Cervantes.
Llantos en la noche
"En el almacén, apenas me mudé, una señora me contó que había escuchado que en el pozo negro de la casa tiraban los fetos de las chicas que trabajaban en los 'boliches'. Dijo que a la noche se escuchaba el llanto de los bebés. Yo soy cristiano y no creo en esas cosas, nunca escuché nada", contó Silvera.
Ayer al mediodía volvía de la casa de su padre cuando lo interceptó la Policía. Le dijeron que estaban por hacer un operativo en su domicilio y que necesitaban de su colaboración. "No tengo nada que esconder, así que los dejé pasar sin problemas. Incluso les serví de testigo. Dijeron que no encontraron nada; sólo les pedí que al terminar taparan todo de nuevo", comentó. Hace cinco años Silvera había buscado una vivienda para vivir con su familia. Encontró el terreno del barrio Nueva Rioja, y al indagar sobre quién era su propietario supo de debía hablar con "Liliana" Medina. No era una desconocida para él.
"Creo que recién había salido de la cárcel. Hasta el año pasado vino un empleado de ella a cobrarme. Cuando estábamos por escriturar, falleció", relató. Medina y sus hijos fueron vecinos de los Silvera en el barrio Joaquín V. González. "Cuando era chico encontrábamos muchas veces a las chicas escondidas detrás de los autos porque eran menores de edad y llegaba la Policía. Mi papá renegaba mucho por la música alta, por los borrachos y porque muchas veces las mujeres salían desnudas. Hoy todo está cerrado", relató Silvera.
El joven, de 29 años, aseguró que el negocio prostibulario de La Rioja enfrentaba a dos bandas, hoy desarticuladas. Por un lado estaba "Liliana" Medina. Por el otro, los "Cordobeses". Cuando la primera fue detenida junto a sus hijos por la desaparición de "Marita", debió cerrar sus locales. Los segundos vieron disminuir las ganancias tras la presión de Gendarmería Nacional y de la Policía, por lo que se retiraron de la ciudad. Hoy, aseguró Silvera, las mujeres fueron empujadas a prostituirse en las rutas.
Hace un par de meses, los hijos de "Liliana" Medina se reunieron para dividir la herencia, según afirmaron los vecinos. "Son como 11. Uno lo conoce al 'Chenga' y a Gonzalo, pero son muchos más", aseguró uno de ellos. Desde entonces comenzaron a dividir terrenos de 10x30 en el predio que colinda con la casa de Silvera. Algunos ya habrían sido vendidos. El encargado de llevar adelante esas transacciones sería Gonzalo Gómez, contaron.
"Cuando comenzó lo del caso Verón tuvieron que pagar abogados y muchos favores. Empezaron a vender muchas de sus cosas. Nada volvió a ser como antes para ellos. Igual, uno prefiere tratarlos con cuidado", aseveró Cervantes.